La crisis del siglo I a.C. en Roma generó grandes desigualdades sociales y conflictos por la distribución de la riqueza. Esto llevó a que el poder recayera en jefes militares que entraron en guerras civiles violentas. En el siglo III d.C., el Imperio romano enfrentó problemas como ataques bárbaros, revueltas internas y problemas económicos. En 395 se dividió en Imperios de Oriente y Occidente. Mientras el oriental se mantuvo, el occidental cayó